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Recital de poemas de José Agustin Goytisolo

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domingo, 12 de febrero de 2012

RAFAEL ALBERTI


Rafael Alberti, poeta y dramaturgo.




















por Ana Alejandre                                                                                                

            Nacido en el Puerto de Santa María, (Cádiz), el 16 de diciembre de 1902. Cursó estudios en el Colegio San Luis Gonzaga, de los jesuitas. Su familia se traslada posteriormente a vivir a Madrid, en 1917, en cuya ciudad se despierta su temprana vocación pictórica provocada por una visita al Museo del Prado que le impresionó vivamente y que fue el principio de su dedicación a la pintura, aunque no sin dejar de lado su otra vocación que era la poesía y que le llevó a publicar sus primeros versos en la revista Horizonte. Fue su vocación literaria la que le aupó a la fama, y lo entronizó como uno de los más importantes poetas del siglo XX, ya que obtuvo un gran éxito desde el principio de su dedicación poética, porque su primer libro Marinero en tierra le consagró definitivamente al ser galardonado con el Premio Nacional de Literatura, en 1925, por dicha obra.
En Madrid comienza a relacionarse con los escritores, intelectuales y artistas en la Residencia de Estudiantes. Allí conoció a García Lorca, Guillén, Dalí, Buñuel, Aleixandre, Gerardo Diego., Dámaso Alonso y José Bergamín, por citar a los principales. Intervino de forma directa y entusiasta en el homenaje que se le rinde a Góngora en Sevilla y que fue el evento que dio nacimiento a la corriente literaria que sería conocida como la Generación del 27.
            Comienza a colaborar con la prestigiosa Revista de Occidente, en ese mismo mítico año y siguió publicando en los años sucesivos títulos como La amante, que es un relato poético sobre un viaje en automóvil además de otro título como; El alba del alhelí.
Fue, sin embargo, en 1929, cuando se produce un cambio importante en su poesía al publicar otro poemario titulado Cal y Canto, en el que se advierte una notable influencia de Luís de Góngora y la corriente llamada “ultraísmo”. En ese mismo año es cuando publica la que se considera su obra maestra Sobre los ángeles.

            Contrae matrimonio en 1930 con la escritora María Teresa León y con ella viajó a París y se inscribe en el Partido Comunista, llevado por sus ideas políticas. Posteriormente, en 1932, viajó a Berlín, la Unión Soviética, Bélgica, Holanda, Noruega y en sus múltiples viajes conoce a personalidades de la intelectualidad y la literatura de renombre internacional como son Pablo Neruda, con el que siente afinidad literaria y política, dolores Ibárruri, la Pasionaria, Illya Ehrenburg, entre otros.
Llevado por su afiliación política funda, junto a su mujer, María Teresa, la revista revolucionaria llamada Octubre y asiste al Primer Congreso de Escritores Soviéticos, invitado por su ya acrisolada fama de poeta y militante comunista. Fue nombrado secretario de la Alianza de Intelectuales Antifascistas y director de la revista El mono azul, de ideología marxista, y, paradójicamente, también del Museo Romántico.
Su actividad poética no le hace olvidar otras manifestaciones artísticas, ya que escribió algunas obras dramáticas, siendo la primera de las representadas, concretamente en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, la que lleva por título Los salvadores de España, a la que denomina como “ensaladilla en un acto”.
Una vez iniciada la Guerra Civil, colabora en la organización del II Congreso Internacional de Escritores. Más tarde, viaja a París y Moscú, en cuya última ciudad tuvo una entrevista con Stalin.
Cuando se advierte la inminente derrota del Gobierno republicano, considera que le ha llegado el momento de exiliarse junto a su esposa y primero se instalan en Paris, invitados y acogidos por el poeta Pablo Neruda con el que mantiene una estrecha amistad. En dicha ciudad el matrimonio trabaja como locutores en Radio París-Mondiale, aunque en 1940 deciden trasladarse a Argentina. Fue allí, al año siguiente donde nace su hija Aitana y también publica su poemario Entre el clavel y la espada.
Sigue con sus continuos viajes y visita Argentina y Uruguay, invitado a dar conciertos para verso, laúd y piano. Posteriormente, en 1950 visita Varsovia pero como delegado del Congreso Mundial de la Paz.
            Su dedicación poética no cesa a pesar de su intensa actividad política e intelectual, y además de seguir escribiendo realiza algunas exposiciones pictóricas, porque nunca abandonó la pintura como segunda y complementaria vocación artística. Dio innumerables recitales por diversos países de Hispanoamérica: Venezuela, Cuba, Colombia, Perú, con gran éxito de crítica y público.

            Regresa a Europa en 1963, acompañado en todo momento por su esposa. En Italia, La Scala de Milán estrenó un ballet inspirado en poemas de su obra maestra Sobre los ángeles
En 1977, una vez instaurada la democracia en España, decide regresar tras el largo exilio de treinta y ocho años durante los que nunca abandonó su dedicación poética y pictórica ni su militancia política. Fue elegido Diputado por el Partido Comunista en Cádiz en el mismo año de su llegada a España. En 1978 se estrena en el Teatro María Guerrero, Noche de guerra en el Museo del Prado y comienza una larga cadena de recitales, acompañado por la portentosa actriz Nuria Espert por todo el mundo que constituyó un éxito sin precedentes.
            Recibe un homenaje multitudinario, en 1986, en el Teatro Romano de Mérida y se le concede la “Medaille Picasso” de la UNESCO, en París. Ese mismo año falleció su esposa y compañera inseparable, María Teresa León, aquejada de la terrible enfermedad de Altzheimer, lo que levantó muchas críticas hacia el poeta por la actitud que había mantenido con ella en los últimos años de su enfermedad.
            En 1989 ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en la de Bellas Artes de Santa Cecilia.
            Contrajo matrimonio, por segunda vez, en 1990, con la escritora María Asunción Mateo, en el Puerto de Santa María. Con ella vivió sus últimos años en los que recibió múltiples homenajes y distinciones por ser considerado poeta del pueblo. También su labor pictórica fue reconocida por ARCO (Feria Internacional de Arte Contemporáneo) que inauguró una exposición antológica de su obra. También, fuera de España siguió recibió honores, y la ciudad de La Habana le declara “Huesped Ilustre” y doctor honoris causa por la universidad de dicha ciudad. Fidel Castro le concedió la medalla José Martí, Igualmente, fue nombrado Ciudadano Ilustre en Buenos aires, y le fue rendido un caluroso homenaje en el Teatro Nacional Cervantes de dicha ciudad. También, la ciudad de Santiago de Chile le nombra “Visitante Ilustre” y le entrega las llaves de la ciudad.

            En España, la Generalitat de Cataluña le hace entrega de la Creu de Sant Jordi.
Falleció el 28 de octubre de 1999 en Puerto de Santa María, su lugar de residencia por entonces, casi a punto de cumplir los 97 años.

            Su obra poética, dramática, pictórica y su influencia artística e intelectual ha marcado a varias generaciones y ha sido un referente de inspiración para poetas, cantautores, escritores y artistas en las últimas décadas.http>://www.anaalejandre.org

Obras y premios de Rafael Alberti





Poesía:


Poesías anteriores a Marinero en tierra (1969)
Marinero en tierra (1925)
La amante (1926)
El alba del alhelí (1927)
Domecq 1730-1928 (1928)
Cal y canto (1929)
Sobre los ángeles (1929)
Sermones y moradas (1935)
Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (1935)
Con los zapatos puestos tengo que morir (Elegía cívica) (1935)
Consignas (1933)
Un fantasma recorre Europa (1933)
Verte y no verte (1935)
13 bandas y 48 estrellas (1936)
Nuestra diaria palabra (1936)
De un momento a otro (1937)
El burro explosivo (1938)
Vida bilingüe de un refugiado español en Francia (1942)
Entre el clavel y la espada (1941)
Pleamar (1944)
A la pintura, poema del color y la línea (1948)
Signos del día (1961)
Coplas de Juan Panadero (1949)
Buenos Aires en tinta china (1951)
Poemas de Punta del Este (1961)
Retorno de lo vivo lejano (1952)
Ora marítima. Baladas y canciones del Paraná (1953)
Sonríe China (1958)
La primavera de los pueblos (1961)
Poemas escénicos. Primera serie (1962)
Abierto a todas horas (1964)
Roma, peligro para caminantes (1968)
Los ocho nombres de Picasso y no digo más de lo que no digo (1970)
Canciones del alto valle del Aniene y otros versos y prosas (1972)
Maravillas con variaciones acrósticas en el jardín de Miró (1975)
Los destacagados (1977)
Fustigada luz (1980)
Versos sueltos de cada día (1982)
Golfo de sombras (1986)
Los hijos del drago y otros poemas (1986)
Accidente. Poemas del hospital (1987)
Cuatro canciones (1987)
Amor en vilo
Canciones para Altair (1989)

Teatro:

El hombre deshabitado (1931)
Fermín Galán (1931)
Bazar de la providencia (1934)
La farsa de los Reyes Magos, dos farsas revolucionarias (1934)
Los salvadores de España (1936)
Radio Sevilla (1938)
Cantata de los héroes y la fraternidad de los pueblos (1938)
De un momento a otro (1942)
El adefesio (1944)
El trébol florido (1946)
La Gallarda (1944-1945)
La lozana andaluza (adaptación de Francisco Delicado, 1962)
Teatro de agitación política 1933-1939 (1976)
Noche de guerra en el Museo del Prado (1956)
Santa Casilda
 (1990)

Prosa:

Imagen primera de...
 (1945)
Prosas encontradas
 1924-1942 (1970)
La arboleda perdida
 (1959, 1987, 1996)

PREMIOS

Premio Nacional de
 Literatura 1925
Premio Etna-Taormina 1975
Premio Cristo Botev 1980
Premio Nacional de Teatro 1981
Premio Salinas 1981
Premio Cervantes 1983
Opera Omnia" de la Asociación Colegial de Escritores 1983
Premio Popular de la Vendimia, 1983
Premio Racimo de Oro, en Trebujena (Cádiz), 1983
Premio Al Jatib de poesía, 1986
 
Premio la Carabela de plata de teatro 1986
Premio Andalucía de Investigación sobre temas andaluces Plácido Fernández Viagas en Sevilla 1992
Premio Andalucía de las Letras 1993

Muestra poética de Rafael Alberti


Retazo del rostro de Rafael Alberti 
EL ALBA DENOMINADORA                                                                                                                

A embestidas suaves y rosas, la madrugada te iba poniendo nombres: 
Sueño equivocado, Ángel sin salida, Mentira de lluvia en bosque. 
Al lindero de mi alma, que recuerda los ríos, 
indecisa, dudó, inmóvil: 
¿Vertida estrella, Confusa luz en llanto, Cristal sin voces? 
No. 
Error de nieve en agua, tu nombre.

Sobre los ángeles (1927-1928)

El mar. La mar. 
El mar. ¡Sólo la mar! 

¿Por qué me trajiste, padre, 
a la ciudad? 

¿Por qué me desenterraste 
del mar? 

En sueños, la marejada 
me tira del corazón. 
Se lo quisiera llevar. 

Padre, ¿por qué me trajiste 
acá?

Marinero en tierra (1924)





A ROSA DE ALBERTI, QUE TOCABA, PENSATIVA, EL ARPA (SIGLO XIX) 


Rosa de Alberti allá en el rodapié 
del mirador del cielo se entreabría, 
pulsadora del aire y prima mía, 
al cuello un lazo blanco de moaré. 

El barandal del arpa, desde el pie 
hasta el bucle en la nieve, la cubría. 
Enredando sus cuerdas, verdecía, 
alga en hilos, la mano que se fue. 

Llena de suavidades y carmines, 
fanal de ensueño, vaga y voladora, 
voló hacia los más altos miradores. 

¡Miradla querubín de querubines, 
del vergel de los aires pulsadora. 
Pensativa de Alberti entre las flores

Marinero en tierra (1924)


CON ÉL

Zarparé, al alba, del Puerto, 
hacia Palos de Moguer, 
sobre una barca sin remos. 
De noche, solo, ¡a la mar! 
y con el viento y contigo! 
Con tu barba negra tú, 
yo barbilampiño.

Marinero en tierra (1924)

MADRID

Por amiga, por amiga. 
Sólo por amiga. 

Por amante, por querida. 
Sólo por querida. 

Por esposa, no. 
Sólo por amiga.

La amante (1925)

ALGUIEN


Alguien barre
y canta
y barre
(zuecos en la madrugada).
Alguien
dispara las puertas.
¡Qué miedo,
madre!
(¡Ay, los que en andas del viento,
en un velero a estas horas
vayan arando los mares!)
Alguien barre
y canta
y barre.
Algún caballo, alejándose,
imprime su pie en el eco
de la calle.
¡Qué miedo,
madre!
¡Si alguien llamara a la puerta!
¡Si se apareciera padre
con su túnica talar
chorreando!...
¡Qué horror,
madre!
Alguien barre
y canta
y barre.

El alba del alhelí (1925-1926)



EL FAROLERO Y SU NOVIA

—Bien puedes amarme aquí, 
que la luna yo encendí, 
tú, por ti, sí, tú, por ti. 
—Sí, por mí. 
—Bien puedes besarme aquí, 
faro, farol farolera, 
la más álgida que vi. 
—Bueno, sí. 
—Bien puedes matarme aquí, 
gélida novia lunera 
del faro farolerí. 
—Ten. ¿Te di?

El alba del alhelí (1925-1926)


DESAHUCIO

Ángeles malos o buenos, 
que no sé, 
te arrojaron en mi alma. 
Sola, 
sin muebles y sin alcobas, 
deshabitada. 
De rondón, el viento hiere 
las paredes, 
las más finas, vítreas láminas. 
Humedad. Cadenas. Gritos. 
Ráfagas. 
Te pregunto: 
¿cuándo abandonas la casa, 
dime, 
qué ángeles malos, crueles, 
quieren de nuevo alquilarla? 
Dímelo.

Sobre los ángeles (1927-1928)


INVITACIÓN AL AIRE

Te invito, sombra, al aire. 
Sombra de veinte siglos, 
a la verdad del aire, 
del aire, aire, aire. 
Sombra que nunca sales 
de tu cueva, y al mundo 
no devolviste el silbo 
que al nacer te dio el aire, 
del aire, aire, aire. 
Sombra sin luz, minera 
por las profundidades 
de veinte tumbas, veinte 
siglos huecos sin aire, 
del aire, aire, aire. 
¡Sombra, a los picos, sombra, 
de la verdad del aire, 
del aire, aire, aire!

Sobre los ángeles (1927-1928)


MUERTE Y JUICIO

1 

(MUERTE) 

A un niño, a un solo niño que iba para piedra nocturna, 
para ángel indiferente de una escala sin cielo... 
Mirad. Conteneos la sangre, los ojos. 
A sus pies, él mismo, sin vida. 
No aliento de farol moribundo, 
ni jadeada amarillez de noche agonizante, 
sino dos fósforos fijos de pesadilla eléctrica, 
clavados sobre su tierra en polvo, juzgándola. 
Él, resplandor sin salida, lividez sin escape, yacente, 
juzgándose. 

2 

(JUICIO) 

Tizo electrocutado, infancia mía de ceniza, a mis pies, tizo yacente. 
Carbunclo hueco, negro, desprendido de un ángel que iba para piedra nocturna, 
para límite entre la muerte y la nada. 
Tú: yo: niño. 
Bambolea el viento un vientre de gritos anteriores al mundo 
a la sorpresa de la luz en los ojos de los reciennacidos, 
al descenso de la vía láctea a las gargantas terrestres. 
Niño. 
Una cuna de llamas de norte a sur, 
de frialdad de tiza amortajada en los yelos, 
a fiebre de paloma agonizando en el área de una bujía; 
una cuna de llamas meciéndote las sonrisas, los llantos. 
Niño. 
Las primeras palabras abiertas en las penumbras de los sueños sin nadie, 
en el silencio rizado de las albercas o en el eco de los jardines, 
devoradas por el mar y ocultas hoy en un hoyo sin viento. 
Muertas, como el estreno de tus pies en el cansancio frío de una escalera. 
Niño. 
Las flores, sin piernas para huir de los aires crueles, 
de su espoleo continuo al corazón volante de las nieves y los pájaros, 
desangradas en un aburrimiento de cartillas y pizarrines. 
4 y 4 son 18. Y la X, una K, una H, una J. 
Niño. 
En un trastorno de ciudades marítimas sin escrúpulos, 
de mapas confundidos y desiertos barajados, 
atended a unos ojos que preguntan por los afluentes del cielo, 
a una memoria extraviada entre nombres y fechas. 
Niño. 
Perdido entre ecuaciones, triángulos, fórmulas y precipitados azules, 
entre el suceso de la sangre, los escombros y las coronas caídas, 
cuando los cazadores de oro y el asalto a la banca, 
en el rubor tardío de las azoteas 
voces de ángeles te anunciaron la botadura y pérdida de tu alma. 
Niño. 
Y como descendiste al fondo de las mareas, 
a las urnas donde el azogue, el plomo y el hierro pretenden ser humanos, 
tener honores de vida, 
a la deriva de la noche tu traje fue dejándote solo. 
Niño. 
Desnudo, sin los billetes de inocencia fugados en sus bolsillos, 
derribada en tu corazón y sola su primera silla, 
no creíste ni en Venus, que nacía en el compás abierto de tus brazos. 
ni en la escala de plumas que tiende el sueño de Jacob al de Julio Verne. 
Niño. 
Para ir al infierno no hace falta cambiar de sitio ni postura.

Sobre los ángeles (1927-1928)



EN EL DÍA DE SU MUERTE A MANO ARMADA

Decidme de una vez si no fue alegre todo aquello 
5 x 5 entonces no eran todavía 25 
ni el alba había pensado en la negra existencia de los malos cuchillos. 
Yo te juro a la luna no ser cocinero, 
tú me juras a la luna no ser cocinera, 
él nos jura a la luna no ser siquiera humo de tan tristísima cocina. 
¿Quién ha muerto? 
La oca está arrepentida de ser pato, 
el gorrión de ser profesor de lengua china, 
el gallo de ser hombre, 
yo de tener talento y admirar lo desgraciada 
que suele ser en el invierno la suela de un zapato. 
A una reina se le ha perdido su corona, 
a un presidente de república su sombrero, 
a mí... 
Creo que a mí no se me ha perdido nada, 
que a mí nunca se me ha perdido nada, 
que a mí... 
¿Qué quiere decir buenos días?

Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (1929)




ELEGÍA A GARCILASO (LUNA, 1501-1536)

... antes de tiempo y casi en flor cortada. 

G.DE LA V. 

Hubierais visto llorar a las yedras cuando el agua más triste se pasó toda una noche velando a un yelmo ya sin alma, 
a un yelmo moribundo sobre una rosa nacida en el vaho que duerme los espejos de los castillos 
a esa hora en que los nardos más secos se acuerdan de su vida al ver que las violetas difuntas abandonan sus cajas 
y los laúdes se ahogan por arrollarse a sí mismos. 
Es verdad que los fosos inventaron el sueño y los fantasmas. 
Yo no sé lo que mira en las almenas esa inmóvil armarnadura vacía. 
¿Cómo hay luces que decretan tan pronto la agonía de las espadas 
si piensan en que un lirio es vigilado por hojas que duran mucho más tiempo? 
Vivir poco y llorando es el sino de la nieve que equivoca su ruta. 
En el sur siempre es cortada casi en flor el ave fría.

Sermones y moradas (1929-1930)


NOCTURNO

Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre 
se escucha que transita solamente la rabia, 
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio 
y en las médulas arde continua la venganza, 
las palabras entonces no sirven: son palabras. 

Balas. Balas. 

Manifiestos, artículos, comentarios, discursos, 
humaredas perdidas, neblinas estampadas. 
¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento, 
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua! 

Balas. Balas. 

Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste, 
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta 
cuando desde el abismo de su idioma quisiera 
gritar lo que no puede por imposible, y calla. 

Balas. Balas. 

Siento esta noche heridas de muerte las palabras.

De un momento a otro (1937)






LA PALOMA

Se equivocó la paloma, 
se equivocaba. 
Por ir al norte fue al sur, 
creyó que el trigo era el agua. 
Creyó que el mar era el cielo 
que la noche la mañana. 
Que las estrellas rocío, 
que la calor la nevada. 
Que tu falda era tu blusa, 
que tu corazón su casa. 
(Ella se durmió en la orilla, 
tú en la cumbre de una rama.)

Entre el clavel y la espada (1939-1940


METAMORFOSIS DEL CLAVEL

Se equivocó la paloma, 
se equivocaba. 

Por ir al norte, fue al sur. 
Creyó que el trigo era agua. 
Se equivocaba. 

Creyó que el mar era el cielo; 
que la noche, la mañana. 
Se equivocaba. 

Que las estrellas rocío; 
que la calor, la nevada. 
Se equivocaba. 

Que tu falda era tu blusa; 
que tu corazón, su casa. 
Se equivocaba. 

(Ella se durmió en la orilla. 
Tú, en la cumbre de una rama.)

Entre el clavel y la espada (1939-1940)


A ROSA DE ALBERTI, QUE TOCABA, PENSATIVA, EL ARPA (SIGLO XIX) 


LO QUE DEJÉ POR TI

Dejé por ti mis bosques, mi perdida 
arboleda, mis perros desvelados, 
mis capitales años desterrados 
hasta casi el invierno de la vida. 

Dejé un temblor, dejé una sacudida, 
un resplandor de fuegos no apagados, 
dejé mi sombra en los desesperados 
ojos sangrantes de la despedida. 

Dejé palomas tristes junto a un río, 
caballos sobre el sol de las arenas, 
dejé de oler la mar, dejé de verte. 

Dejé por ti todo lo que era mío. 
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas, 
t anto como dejé para tenerte.

Roma, peligro para caminantes (1968)