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Recital de poemas de José Agustin Goytisolo

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viernes, 19 de octubre de 2012

JORGE GUILLÉN

Jorge Guillén


Jorge Guillén nació el 13 de enero de 1893, en Valladolid. Los estudios primarios los cursó en el Colegio de San Gregorio.

Viajó a Estrasburgo, con sólo dieciséis años, para estudiar francés. Posteriormente cursó estudios universitarios de Letras en la Universidad de Madrid y de Granada. Entre 1917 y 1920, fue lector de español en la Sorbona de París, sucediendo al poeta Pedro Salinas y fue allí donde comenzó a escribir poesía.

Hasta 1920 no comenzó a publicar y lo hizo en la revista La Pluma y, poco más tarde, en Revista de Occidente.

Regresó a España en 1923 y obtuvo la Cátedra de Literatura Española en la Universidad de Murcia en 1925.

Posteriormente, se trasladó a Oxford donde consiguió un doctorado y desde allí volvió para ser catedrático en la Universidad de Sevilla.

Después de comenzada la guerra civil, en agosto de 1936 fue encarcelado en Pamplona y aunque fue liberado, el Ministerio de Educación lo inhabilitó para el ejercicio de cualquier cargo público. Decidió exiliarse a Estados Unidos en 1938 y allí dio clases de literatura española en el Wellesley College desde 1940 a 1951.

Durante estos años del exilio murió su primera esposa con la que contrajo matrimonio en París, además de sufrir la pérdida de su entrañable amigo Pedro Salinas, poeta también adscrito a la Generación del 27.

En 1958 impartió un curso en la cátedra de Charles Elior Norton, de la Universidad de Harvard, clases que después compiló en su obra Lenguaje y Poesía.

Tres años más tarde, en 1961, contrajo nuevo matrimonio con Irene Mochi Sismondi.

Por el fallecimiento de Franco, en 1975, regresó a España y se instaló en Málaga, una vez ya jubilado de la docencia universitaria, procedente de Italia, país en el que había residido.

Años más tarde, en 1976, obtuvo el Premio Cervantes y, dos años después, también fue nombrado académico de honor de la Real Academia de la Lengua Española en 1978.

Falleció en Málaga en 6 de febrero de 1984.

.Su poesía está adscrita a la llamada Generación del 27 y su lírica ofrece una visión optimista y gozosa de la vida, del mundo y es considerada como “poesía pura” porque en ella no existe el menor atisbo de ornamentación modernista y se ofrece la palabra desnuda, depurada y unida a su significado con la mayor precisión. Precisamente, su preocupación por alcanzar la máxima pureza en la expresión, el mayor rigor, le hizo demorarse en la escritura de su primer libro, Cántico que se público por primera vez en 1928 y que fue ampliado sucesivamente hasta 1950.

La mejor demostración de su concepción de la poesía la ofrece el subtítulo de esa primera obra que es Fe de vida y que expresa el gozo apasionado ante la propia realidad de la existencia. Ese sentir entusiasta lo expresa, sin embargo, con un esmerado método estructurado y riguroso en la manifestación intelectual, por lo que se le compara con Paul Valery, a pesar de que este último autor ofrece un pesimismo radical en su obra que contrasta con el optimismo pletórico que ofrece la obra de Guillén. Toda imperfección en la creación del universo y del propio hombre es obviada, negada por la exaltación del poeta que encuentra motivos de celebración incluso en los aspectos más vulgares y anodinos de la existencia. La obra de Guillén se aúna a la idea de la poesía pura que había propugnado e iniciado Juan Ramón Jiménez.

Su trayectoria intelectual y poética estuvo marcada por su incesante actividad creativa. Colaboró en múltiples e importantes revistas literarias como son la ya citada La Pluma, Índice, Litoral, Revista de Occidente y otras muchas que sería prolijo reseñar.

Fue un gran crítico literario y teórico de la poesía, además de estudioso de la obra de varios de los principales poetas europeos y, además, tradujo el Cementerio Marino de Paul Valery, autor que ejerció, sin duda, una gran influencia en la obra posterior de Guillén, porque compartía con éste último la fe en la poesía pura que, según afirmaba, aquella es “lo que queda cuando al poema se le quita todo lo que no es poesía”.


Bibliografía y premios de Jorge Guillén

Jorge Guillén
BIBLIOGRAFÍA                                                                                                      

Cántico (75 poesías), M., Revista de Occidente, 1928.
Cántico (125 poesías), M., Cruz y Raya, 1936.
Cántico (270 poesías), México, Litoral, 1945.
Cántico (334 poesías), Bs. As., Sudamericana, 1950.
Huerto de Melibea, M., Ínsula, 1954.
Del amanecer y el despertar, Valladolid, 1956.
Clamor. Maremagnun, Bs. As., Sudamericana, 1957.
Lugar de Lázaro, Málaga, Col. A quien conmigo va, 1957.
Clamor... Que van a dar en la mar, Bs. As., Sudamericana, 1960.
Historia Natural, Palma de Mallorca, Papeles de Sons Armadans, 1960.
Las tentaciones de San Antonio Antonio, Florencia/Santander, Graf. Hermanos Bedia, 1962.
Según las horas, Puerto Rico, Editorial Universitaria, 1962.
Clamor. A la altura de las circunstancias, Bs. As., Sudamericana, 1963.
Homenaje. Reunión de vidas, Milán, All'Insegna del Pesce d'oro, 1967.
Aire nuestro: Cántico, Clamor, Homenaje, Milán, All'Insegna del Pesce d'oro, 1968.
Guirnalda civil, Cambridge, Halty Eferguson, 1970.
Al margen, M., Visor, 1972.
Y otros poemas, Bs. As., Muchnik, 1973.
Convivencia, M., Turner, 1975.
Final, B., Barral, 1981.
La expresión, Ferrol, Sociedad de Cultura Valle-Inclán, 1981.



PREMIOS
Premio Cervantes 1976.

FEDERICO GARCÍA LORCA


 por Ana Alejandre                                                                                          
Federico García Lorca

Nació el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros (Granada), hijo de Federico y Vicenta, siendo su madre su primera maestra que le enseña a leer y escribir. Es el mayor de cuatro hermanos. A los dos años tiene una serie de problemas locomotrices, lo que le provoca una cierta incapacidad de movimiento en una de las piernas.

Desde niño aprendió canciones populares y se sintió desde muy temprano muy interesado por la literatura romántica y clásica. Ello también le llevó a aficionarse al teatro, por lo que montaba y representaba para su familia y amigos, sobre todo se sentía interesado por los títeres y marionetas.

Comienza sus estudios de bachillerato en Almería y también sus primeros estudios de música (piano y guitarra).



Posteriormente ingresa en la Universidad de Granada donde se matricula en Derecho y en Filosofía y Letras que era la carrera que verdaderamente le despertaba interés, además de las artes plásticas y la poesía. Por entonces era un empedernido lector de los escritores románticos españoles del siglo XIX y de los modernos de Latinoamérica, así como de los escritores simbolistas franceses, Shakespeare, el teatro clásico grecolatino y español.

En 1916 y 1917 Lorca realiza varios viajes de estudios con su profesor y varios compañeros por España. Fue entonces cuando conoce a Antonio Machado en Baeza y de dicho viaje nace su primer libro Impresiones y paisajes que publica en 1918, en el que plasma en prosa lírica las sensaciones y vivencias de sus cuatro viajes por territorio español.

A raíz de la muerte de su profesor de música, don Antonio Segura Mesa, en 1916, pierde
 completamente el interés por la música y se inclina por la poesía, y de cuya etapa algunos de sus primeros poemas son publicados en su primer poemario Libro de Poemas, en 1921.Es 1919 un año decisivo en su trayectoria literaria, porque en ese año se traslada a Madrid e ingresa en la Residencia de Estudiantes en la que estuvo hasta 1928. En ella conoce a personajes de la talla intelectual y artística como son Luís Buñuel, Salvador Dalí, Emilio Prados, Pedro Salinas, Pepín Bello y otros. Además se matricula en la Facultad de Filosofía y Letras, pero no asiste casi nunca a las clases. En 1920 estrena en el teatro Eslava de Madrid El maleficio de la mariposa, constituyendo un sonoro fracaso. Al año siguiente, publica Libro de Poemas que inaugura su trayectoria poética. En 1922, en el Centro Artístico de Granada lee su conferencia El Cante Jondo y comienza a escribir la tragicomedia titulada Don Cristóbal y la señá Rosita. Además, en colaboración con Manuel Falla, representó una pieza teatral de marionetas para niños en Granada, en 1923. Ese mismo año conoció a Salvador Dalí en la Residencia de Estudiantes y en ese tiempo empezó a escribir sus nuevos poemarios Suites y Canciones, volviendo a colaborar con Falla de nuevo en la preparación de una ópera, además de empezar a escribir una de sus obras más emblemáticas: Romancero gitano.En 1925 finaliza la escritura de Mariana Pineda y al año siguiente continua con sus viajes y excursiones, especialmente por las Alpujarras, acompañado por Manuel de Falla. Por esos años, su familia compra la Huerta de San Vicente, en la hermosa vega granadina, y es allí donde se traslada a pasar muchas y largas temporadas. Fue por entonces cuando la Revista de Occidente publica su Oda a Salvador Dalí y realiza una lectura de sus poemas contenidos en sus obras Suites, Canciones, Cante Jondo y Romancero gitano, que estaban en plena corrección por parte de su autor.
En 1926, Lorca participa en la conferencia en homenaje al ilustre poeta del Siglo de Oro, Luís de Góngora. De esta conferencia surge el nombre que definiría el estilo de los poetas y músicos que se expresaban en sus respectivas obras con una mezcla del vanguardismo y lo tradicional y que fue denominado “Generación del 27.”.

En 1927 escribe Soledad, en homenaje a Luís de Góngora (inspirándose en el título en la obra más importante de éste titulada Soledades). Se publica en este año también su obra Canciones y también se estrena en Barcelona en dicho año una obra teatral fechada en 1923, titulada Mariana Pineda, interpretada por la famosa actriz Margarita Xirgu y con el diseño de telón de Salvador Dalí.

Romancero gitano fue publicado en 1928 que obtuvo un resonante éxito, pero no consiguió la aceptación, sin embargo, de muchos de sus colaboradores habituales que hicieron feroces críticas a dicha obra, especialmente Salvador Dalí, lo que produjo la ruptura de los dos artistas y amigos. En este mismo año, Lorca, junto a un grupo de intelectuales granadinos a los que dirige el poeta, funda la revista Gallo, de la que se publican solamente dos números.

Su trayectoria como dramaturgo continúa y escribe nuevas obras como la farsa Amor de don Perlimplim con Belisa en su jardín que fue prohibida por la censura de la Dictadura de Primo de Rivera, en 1929, quizás porque el protagonista se parecía demasiado al dictador Primo de Rivera o por su subtítulo Aleluya erótica. Fue en junio de dicho año, bajo una gran depresión que le ocasionó sus múltiples fracasos literarios y sentimentales, emprendió viaje hacia Nueva York, aconsejado y ayudado por su antiguo profesor de la Facultad de Derecho de Granada. Allí se matricula en la Universidad de Columbia y asiste a multitud de representaciones teatrales, va asiduamente al cine, a los museos y conoce y se hace un apasionado del jazz. Va a Vermont en el verano, invitado por Philips Cummings y a Catskill Mountains, con Angel del Río. Regresa a Nueva York y se instala en el John Jay Hall de la Universidad de Columbia, lugar en el que seguirá hasta principios de 1930. Es entonces cuando empieza a escribir su poemario Poeta en Nueva York y escribe el gaón de Viaje a la Luna y también escribe textos de teatro que él mismo califica de “teatro imposible”., definición que hace referencia a su carácter excesivamente vanguardista, innovador y surrealista lo que imposibilita su puesta en escena. Este período creativo es el que está marcado profundamente por su crisis existencial, literaria y se perfila con claridad su condición homosexual.

Mientras, en España se producen importantes cambios políticos y sociales que son favorables para Lorca en su calidad de autor teatral. Es por ello, que el Ministerio de Cultura e Información Pública apoyó la creación del grupo de teatro ambulante universitario La Barraca, dirigido por Lorca junto a Eduardo Ugarte. Este grupo teatral se desplaza hacia zonas rurales a las que el teatro comercial no llegaba y en ellas representaba adaptaciones de obras clásicas del Siglo de Oro, en un intento de llevar la cultura y el arte hasta zonas marginadas y deprimidas. Con este grupo teatral representó trece obras de teatro en más de setenta localidades en período comprendido entre 1932 y 1936.

Escribió en esta etapa de su vida Bodas de Sangre, lo que supuso un éxito clamoroso que le otorgó a Lorca fama internacional y unos beneficios económicos cuantiosos. Esta obra fue representada en Argentina y Méjico y de ella se hicieron traducciones al inglés, francés y ruso para ser representada, posteriormente, en Nueva York, París y Moscú en años siguientes.
En el período de tiempo de 1933 a 1934, consigue un triunfo clamoroso en Argentina y Uruguay, países a los que visita. Es en Buenos Aires donde asiste a las representaciones de Mariana Pineda, Bodas de Sangre, que alcanza más de cien representaciones, y la Zapatera prodigiosa. Es entonces cuando conoce a Pablo Neruda.

Publica Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, en honor de, su amigo, intelectual y torero que fallece en la plaza de toros de Manzanares, Ciudad Real. También en ese año se produce el estreno de Yerma, obra que le supuso otro éxito clamoroso, interpretado por la compañía de Margarita Xirgu.

Es en 1936 cuando finaliza la última de las tres tragedias rurales escritas por Lorca, que es la ya mítica La casa de Bernarda Alba, cuya figura femenina se puede considerar la más emblemática de las creadas por este poeta y dramaturgo.

El 18 de julio de 1936 se produjo el alzamiento militar con el Gobierno de la República. El 9 de agosto del mismo año, amenazado y temeroso, García Lorca se traslada a la casa del poeta Luís Rosales, porque era buen amigo de dicha familia. El 16 de agosto fue detenido por el ex diputado de la CEDA, Ramón Ruíz Alonso y llevado al Gobierno Civil. Los indicios apuntan a que la denuncia contra García Lorca partió del propio Ruíz Alonso, quien fue el autor de su redacción junto a otros miembros de la CEDA en Granada. Dicha denuncia señalaba como motivos de la detención del poeta su apoyo al Frente Popular, su amistad con Fernández de los Ríos y su carácter de homosexual.
Aunque aún se desconoce la fecha en la que se produjo la muerte del poeta, se considera probable que sucediera en la madrugada del 18 al 19 de agosto de 1936, cuando sólo contaba 38 años y tenía una gran obra inédita y aún por terminar, entre ella Odas, Poemas en prosa y Sonetos..

Por su trágica muerte, Lorca no pudo cumplir su deseo de trasladarse a Buenos Aires para entregarle el manuscrito de La casa de Bernarda alba a Margarita Xirgu que pensaba representarla en Buenos Aires en octubre de dicho año. No se estrenó en dicha ciudad hasta 1945 y en España no representó por primera vez hasta 1964.

Federico García Lorca es el poeta español más leído de todos los tiempos y la figura literaria más objeto de estudio, análisis y admiración de la literatura española del siglo XX Los temas que predominan en toda su obra gira sobre la muerte, el destino trágico y el sexo que son expresados mediante la belleza lírica de su obra, utilizando todos los estilos poéticos, especialmente el romance.

Este genial poeta siempre buscó de manera constante el significado de lo universal a través de lo singular y, por ello, sus personajes tanto en el teatro como en la prosa o el poema siempre están circunscritos a situaciones y circunstancias muy definidas, porque eso le servía para analizar la condición humana a través de las historias de sus personajes que siempre estaban marcados por la fuerza de un destino trágico.


jueves, 18 de octubre de 2012

Poemas de Jorge Guillen




CIMA DE LA DELICIA


¡Cima de la delicia! 
Todo en el aire es pájaro. 
Se cierne lo inmediato 
Resuelto en lejanía. 

¡Hueste de esbeltas fuerzas! 
¡Qué alacridad de mozo 
En el espacio airoso, 
Henchido de presencia! 

El mundo tiene cándida 
Profundidad de espejo. 
Las más claras distancias 
Sueñan lo verdadero. 
, poeta
¡Dulzura de los años 
Irreparables! ¡Bodas 
Tardías con la historia 
Que desamé a diario! 

Más, todavía más. 
Hacia el sol, en volandas 
La plenitud se escapa. 
¡Ya sólo sé cantar!

Cántico (1919-1950)


DESNUDO

Blancos, rosas... Azules casi en veta, 
retraídos, mentales. 
Puntos de luz latente dan señales 
de una sombra secreta. 

Pero el color, infiel a la penumbra, 
se consolida en masa. 
Yacente en el verano de la casa, 
una forma se alumbra. 

Claridad aguzada entre perfiles, 
de tan puros tranquilos 
que cortan y aniquilan con sus filos 
las confusiones viles. 


Desnuda está la carne. Su evidencia 
se resuelve en reposo. 

Monotonía justa: prodigioso 
colmo de la presencia. 

¡Plenitud inmediata, sin ambiente, 
del cuerpo femenino!


Ningún primor: ni voz ni flor. ¿Destino? 
¡Oh absoluto presente!

Cántico (1928-1950)

EN PLENITUD

Después de aquella ventura 
Gozada, y no por suerte 
Ni error —mi sino es quererte, 
Ventura, como madura


Realidad que me satura 
Si de veras soy— después 
De la ráfaga en la mies 
Que ondeó, que se rindió, 

Nunca el alma dice: no. 
¿Qué es ventura? Lo que es.

Cántico (1928-1950)


ESTATUA ECUESTRE

Permanece el trote aquí, 
Entre su arranque y mi mano. 
Bien ceñida queda así 
Su intención de ser lejano. 

Porque voy en un corcel 
A la maravilla fiel: 
Inmóvil con todo brío.


¡Y a fuerza de cuánta calma 
Tengo en bronce toda el alma, 
Clara en el cielo del frío!

Cántico (1919-1950) 


LOS AIRES


¡Damas altas, calandrias!

Junten su elevación 
algazara y montaña, 
todavía crecientes 
gracias a la mañana 
trémula del rocío, 
tan cándida y sin tasa, 
bajo el cielo inventor 
de distancias, de fábulas. 

¡Libertad de la luz, 
damas altas, calandrias, 
lo rubio, lo ascendente!


Sean así la traza, 
tan simple aún, clarísima, 
de las profundas Nadas 
gozosas de los aires, 
con un alma inmediata, 
sí, visible, total, 
¡ah!, para la mirada 
de los siempre amadores 
¡Damas altas, calandrias

Cántico (1928-1950)


LOS JARDINES

Tiempo en profundidad: está en jardines. 
Mira cómo se posa. Ya se ahonda. 

Ya es tuyo su interior. ¡Qué trasparencia 
de muchas tardes, para siempre juntas! 

Sí, tu niñez: ya fábula de fuentes.

Cántico (1919-1950)


LOS NOMBRES

Albor. El horizonte 
entreabre sus pestañas, 
y empieza a ver. ¿Qué? Nombres. 

Están sobre la pátina 
de las cosas. La rosa 
se llama todavía

hoy rosa, y la memoria 
de su tránsito, prisa. 
Prisa de vivir más.


A lo largo amor nos alce 
esa pujanza agraz 
del Instante, tan ágil 
que en llegando a su meta 
corre a imponer Después. 
Alerta, alerta, alerta, 
yo seré, yo seré. 

¿Y las rosas? Pestañas 
cerradas: horizonte 
final. ¿Acaso nada? 
Pero quedan los nombres.

Cántico (1928-1950)


MÁS VERDAD

Sí, más verdad, 
Objeto de mi gana. 
Jamás, jamás engaños escogidos. 

¿Yo escojo? Yo recojo 
La verdad impaciente, 
Esa verdad que espera a mi palabra. 

¿Cumbre? Sí, cumbre 
Dulcemente continua hasta los valles: 
Un rugoso relieve entre relieves. 
Todo me asombra junto. 

Y la verdad 
Hacia mí se abalanza, me atropella. 

Más sol, 
Venga ese mundo soleado, 
Superior al deseo 
Del fuerte, 
Venga más sol feroz. 

¡Más, más verdad!

Cántico (1919-1950) 


MUERTE A LO LEJOs
Je soutenais l'éclat de la mort toute pure.

VALÉRY

Alguna vez me angustia una certeza, 
Y ante mí se estremece mi futuro.


Acechándolo está de pronto un muro 
Del arrabal final en que tropieza 
La luz del campo. ¿Mas habrá tristeza 
Si la desnuda el sol? No, no hay apuro 
Todavía. Lo urgente es el maduro 
Fruto. La mano ya lo descorteza. 

...Y un día entre los días el más triste 
Será. Tenderse deberá la mano 
Sin afán. Y acatando el inminente 
Poder diré sin lágrimas: embiste, 
Justa fatalidad. El muro cano 
Va a imponerme su ley, no su accidente.

Cántico (1928-1950) 


PERFECCIÓN

Queda curvo el firmamento, 
Compacto azul, sobre el día.


Es el redondeamiento 
Del esplendor: mediodía. 

Todo es cúpula. Reposa, 
Central sin querer, la rosa,

A un sol en cénit sujeta. 
Y tanto se da el presente

Que al pie caminante siente 
La integridad del planeta.

Cántico (1928-1950)


TARDE MAYOR

Libre nací y en libertad me fundo.
CERVANTES

Tostada cima de una madurez, 
Esplendiendo la tarde con su espíritu 
Visible nos envuelve en mocedad. 

Así te yergues tú, para mis ojos 
Forma en sosiego de ese resplandor, 
Trasluz seguro de la luz versátil. 

Si aquellas nubes tiemblan a merced, 
Un día, de un estrépito enemigo, 
Mescolanza de súbito voraz, 
Oscurecidos y desordenados 
Penaremos también. Y no habrá alud 
Que nos alcance en la ternura nuestra. 

Esos árboles próceres se ahíncan 
Dedicando sus troncos al cénit, 
A un cielo sin crepúsculos de crimen. 

Si tal fronda perece fulminada, 
Rumoroso otra vez igual verdor 
Se alzará en el olvido del tirano. 

Y pasará el camión de los feroces. 
Castaños sin Historia arrojarán 
Su florecilla al suelo —blanquecino.


Un ámbito de tarde en perfección 
Tan desarmada humildemente opone, 
Por fin venciendo, su fragilidad 

A ese desbarajuste sólo humano 
Que a golpes lucha contra el mismo azul 
Impasible, feroz también, profundo. 

Fugaz la Historia, vano el destructor. 
Resplandece la tarde. Yo contigo. 

Eterna al sol la brisa juvenil.

Cántico (1928-1950)

LA SANGRE AL RÍO

Llegó la sangre al río.


Todos los ríos eran una sangre, 
Y por las carreteras 
De soleado polvo 
—O de luna olivácea— 
Corría en río sangre ya fangosa 
Y en las alcantarillas invisibles 

El sangriento caudal era humillado 
Por las heces de todos. 

Entre las sangres todos siempre juntos, 
Juntos formaban una red de miedo. 
También demacra el miedo al que asesina, 
Y el aterrado rostro palidece, 
Frente a la cal de la pared postrera, 
Como el semblante de quien es tan puro 
Que mata. 

Encrespándose en viento el crimen sopla. 
Lo sienten las espigas de los trigos, 
Lo barruntan los pájaros, 
No deja respirar al transeúnte 
Ni al todavía oculto, 
No hay pecho que no ahogue: 
Blanco posible de posible bala. 

Innúmeros, los muertos, 
Crujen triunfantes odios 
De los aún, aún supervivientes.


A través de las llamas 
Se ven fulgir quimeras, 
Y hacia un mortal vacío 
Clamando van dolores tras dolores. 

Convencidos, solemnes si son jueces 
Según terror con cara de justicia, 
En baraúnda de misión y crimen 
Se arrojan muchos a la gran hoguera 
Que aviva con tal saña el mismo viento, 
Y arde por fin el viento bajo un humo 
Sin sentido quizá para las nubes. 
¿Sin sentido? Jamás. 

No es absurdo jamás horror tan grave. 
Por entre los vaivenes de sucesos 
—Abnegados, sublimes, tenebrosos, 
Feroces— 
La crisis vocifera su palabra 
De mentira o verdad, 

Y su ruta va abriéndose la Historia, 
Allí mayor, hacia el futuro ignoto, 
Que aguardan la esperanza, la conciencia 
De tantas, tantas vidas.

Clamor - A la altura de las circunstancias (1963)



ARS VIVIENDI

Presentes sucesiones de difuntos

QUEVEDO

Pasa el tiempo y suspiro porque paso, 
aunque yo quede en mí, que sabe y cuenta, 
y no con el reloj, su marcha lenta 
—nunca es la mía— bajo el cielo raso. 

Calculo, sé, suspiro —no soy caso 
de excepción— y a esta altura, los setenta, 
mi afán del día no se desalienta, 
a pesar de ser frágil lo que amaso. 

Ay, Dios mío, me sé mortal de veras. 
Pero mortalidad no es el instante 
que al fin me privará de mi corriente. 


Estas horas no son las postrimeras, 
y mientras haya vida por delante, 
serás mis sucesiones de viviente.

Clamor (1960) Que van a dar a la mar 





FUERA DEL MUNDO 



Cuanto nosotros somos y tenemos 
Forma un curso que va a su desenlace: 
La pérdida total. 

No es un fracaso. 
Es el término justo de una Historia, 
Historia sabiamente organizada. 

Si naces, morirás. ¿De qué te quejas? 
Sean los dioses, ellos, inmortales. 


Natural que, por fin, decline y me consuma. 
Haya muerte serena entre los míos. 
Algún día —¿tal vez penosamente?— 
Me moriré, tranquilo, sosegado. 

No me despertaré por la mañana 
Ni por la tarde. ¿Nunca? 
¿Monstruo sin cuerpo yo? 

Se cumpla el orden. 
No te entristezca el muerto solitario. 

En esa soledad no está, no existe. 
Nadie en los cementerios. 
¡Qué solas se quedan las tumbas!

Final (1981)


INFERNO

Ma tu perché ritorni a tanta noia?
Dice Virgilio a Dante, "Inferno", I, 76.

Los destructores siempre van delante, 
Cada día con más poder y saña, 
Sin enemigo ya que los espante. 

Triunfa el secuestro con olor de hazaña, 
Que pone en haz la hez del bicho humano. 

Ni el más iluso al fin la historia engaña. 
El infierno al alcance de la mano.

Final (1981)